Aunque la diferencia cada vez es menor con el paso de los años, en Puerto Rico y en el mundo entero continúa existiendo una disparidad de paga por género, tanto en el mundo laboral como en los premios en competencias deportivas.
El tema de la disparidad económica surge todos los años en distintos escenarios. Este año, por ejemplo, el tema se discutió entre algunas actrices de Hollywood al tronar por la gran diferencia en salarios. Y en pasados días trascendió que el actor Matt Smith recibió un salario mayor que el de Claire Foy en la serie “The Crown”.
Y aquí en Puerto Rico, la desigualdad en premios metálicos volvió a salir a relucir en el Corona Surf Pro la pasada semana, cuando en las redes sociales se criticó el hecho de que la campeona Tiriah Blanco devengó un premio de $5,000, al tiempo que el campeón masculino Brian Toth se echó al bolsillo un cheque de $10,000.
La presidenta del Comité Olímpico de Puerto Rico (Copur), Sara Rosario, reconoció que en las ligas profesionales del país es más común ver esa disparidad salarial, aunque aseguró que en el organismo que ella dirige no confronta con este problema.
“En términos profesionales (laborales) todavía (hay disparidad), pero no es tan marcada. Por lo menos en los contratos que nosotros hacemos en el Comité con los empleados y con los entrenadores nacionales, nunca medimos si es hombre o mujer. Se estipulan salarios por acuerdos entre ambas partes y nunca he tenido ningún reclamo de un salario menor”, indicó Rosario, primera mujer en presidir el Copur. “En el deporte los salarios no son altos. En mi caso, como mujer, he venido a recibir los mismos salarios que se le pagaban a los sucesores varones que fueron dejando la posición”, afirmó la líder del Copur.
Entre las ligas profesionales del patio, la mayor disparidad de salarios se ve en el baloncesto.
El Baloncesto Superior Nacional (BSN) aprobó este año un tope salarial de $60,000 para los jugadores nativos, cuando hace dos años era de $120,000.
En la liga femenina, el último tope aprobado por jugadora fue de $6,000 por año, informó ayer la oficina de prensa del organismo.
Ciertamente, el BSN es una liga que genera millones de dólares en cada temporada, al tiempo que la operación del torneo femenino es mucho menor. “En el baloncesto (masculino) los auspicios son mayores. La taquilla es mayor y también el compromiso de los apoderados, quienes manejan el deporte de una manera más profesional que enla rama femenina”, observó Rosario.
“Eso también conlleva a veces a la disparidad de salarios y hemos visto reclamos de algunas jugadoras siempre buscando esa equidad en el pago por género. Eso es una tendencia mundial. Esto no sucede solo en Puerto Rico. La tendencia (en el deporte femenino) internacional es igual… los salarios y los auspicios son menores, al igual que las pautas y promociones en medios, en portada y en todo lo demás son menores. Así que todavía queda mucho camino por recorrer en esa búsqueda de la igualdad”, apuntó Rosario.
En el béisbol superior del país también los varones, activos en el torneo Doble A, devengan salarios mayores en comparación a las féminas del torneo superior.
Legislada la equidad
En Puerto Rico se aprobó la Ley 10 el 15 de febrero de 1996 para garantizar igualdad en la premiación entre hombres y mujeres que participen en eventos deportivos competitivos que reciben fondos públicos. Luego, como parte de la Ley 8 del 2004, se incorporó al Departamento de Recreación y Deportes (DRD).
De acuerdo con el Artículo 3 de la Ley “será práctica ilegal de parte de las organizaciones recreativas y deportivas que organicen y/o auspicien eventos competitivos y reciban fondos públicos, con excepción del Comité Olímpico de Puerto Rico, establecer diferencias en premios o beneficios materiales que directa o indirectamente, en efecto produzcan, pretendan producir , comuniquen o promuevan menor reconocimiento o reconocimiento de menor importancia hacia la mujer participante que hacia el hombre, discriminando desfavorable e injustificadamente contra ésta cuando éstos estén en iguales categorías”.
Es una ley que, de acuerdo a Rosario, pocos conocen. “En las premiaciones todavía me preocupa. Sé que hay una ley vigente, pero es una ley que muy poca gente conoce y todavía vemos premiaciones en muchos eventos que no son iguales. Este pasado fin de semana salió a relucir la premiación que dieron en el evento de surfing en Rincón, donde vimos que la cantidad del premio no fue la misma”, dijo Rosario.
Hace 12 años, el juez William Pagán Rodríguez, del Tribunal de Ponce, reconoció el interdicto sometido por la Oficina de la Procuradoría de la Mujer y le ordenó al Municipio de Ponce, organizador del Maratón La Guadalupe, que en el 2005 tuvo participación femenina primera vez en su historia, permitiera la participación femenina en la única carrera de 42.195 kilómetros que aún se corre en la isla y le otorgara igual premiación que a los varones. Yolanda Mercado fue la ganadora en ese 2006.
La otra cara de la moneda
Por otro lado, la historia en el voleibol es distinta. De acuerdo con el doctor César Trabanco, presidente de la Federación Puertorriqueña de Voleibol y exapoderado de los equipos de voleibol femenino y masculino de Ponce, las jugadoras de esta disciplina devengan mejores salarios que su contraparte masculina.
“En el caso del voleibol ganan más las muchachas que los muchachos. En los últimos años en los equipos femeninos, las nóminas son más altas que en los masculinos”, aseguró Trabanco. “Por experiencia propia como apoderado en un momento dado de ambas ramas, era mucho más costoso un equipo femenino que uno masculino”, indicó.
“Eso empieza a cambiar alrededor del año 1997 (primer año de las jugadoras refuerzos en el voleibol femenino). El primer año que viene a jugar Laura Salinas con las Criollas de Caguas. La liga femenina coge un giro bien diferente desde el punto de vista de mercadeo y boletería. De ahí para acá, primero igualó a la liga masculina y luego ha superado a la liga masculina en asistencias y, así también, en costo operacional”, manifestó el líder federativo de voleibol.