Mientras el Baloncesto Superior Nacional (BSN) cruza los dedos para la aprobación de un decreto de créditos contributivos de parte del gobierno local para crear una “burbuja” que salve la temporada 2020, la Liga Nacional de Baloncesto Profesional (LNBP) de México iniciará su torneo el 10 de septiembre tras divulgar el lunes un estricto protocolo salubrista con miras a controlar los contagios de COVID-19.
Ante la apertura de la competencia mexicana, casi un puñado de jugadores puertorriqueños oficializaron sus firmas con quintetos de esta liga debido a la incertidumbre del BSN, que espera jugar en noviembre en un hotel de Fajardo si obtiene la ayuda del Departamento de Desarrollo Económico y Comercio, más los permisos de las agencias de Salud, y Recreación y Deportes a la vez que los casos de coronavirus no disminuyen en la isla.
El novato Georgie Pacheco, escogido en el primer turno del sorteo de jugadores de nuevo ingreso por los Leones de Ponce a principios de año, jugará con las Panteras de Aguascalientes, al igual que Derek Reese, de los Cariduros de Fajardo.
En los pasados días, Gilberto Clavell (Santeros de Aguada) e Isaac Sosa (Atléticos de San Germán) anunciaron sus pactos con los Plateros de Fresnillo y los Astros de Jalisco, respectivamente. Ambos canasteros son representados por el agente Christian Santaella.
El mes pasado, Santaella no veía como una opción atractiva jugar en México este año debido la reducción de salarios, más la saturación de refuerzos en los quintetos. Aunque todavía reconoce que es un riesgo, tanto Clavell como Sosa no podían ignorar las ofertas ante el panorama mundial en el deporte.
“Entiendo que donde sea que se juegue habrá un riesgo. Ellos van a jugar sin fanáticos. Los jugadores van a ir del hotel a la cancha y de la cancha al hotel, van a tener sus pruebas y estarán en cuarentena (cuando lleguen). Es una situación difícil”, declaró Santaella.
“Pero, la realidad es que las ofertas que ellos recibieron, comparadas con otras y el mercado europeo, están por encima del promedio. Son básicamente oportunidades que se tenían que tomar por los riesgos que hay. El salario (en México) está por encima de lo que hay en el mercado”, agregó el agente boricua.
Sosa no ha firmado contrato con los Atléticos y permanece como reserva del equipo. Clavell, por su parte, tiene un pacto multianual con los Santeros, por lo que tuvo que pedir una carta de transferencia, la cual fue concedida.
Si los Plateros no clasifican a la postemporada de la LNBP, Clavell estaría de vuelta en Puerto Rico en octubre, por lo que tendría tiempo para jugar con Aguada desde el saque en noviembre si se concreta la “burbuja” del BSN.
Santaella mencionó que su cliente Joseph Soto, armador de los Piratas de Quebradillas, recibió recientemente permiso de la franquicia para jugar en el exterior. Debido a la tardanza en el permiso se le ha hecho complicado conseguirle un pacto a Soto en México, donde participa como nativo.
“En mi caso, el 70 o 80 por ciento de mis clientes tienen la posibilidad de jugar afuera. Mirando el macro es beneficioso (tener México disponible). Se ha hecho bastante tarde y plazas están cerradas tanto en Europa como en Latinoamérica”.
Reglas en México
La LNBP se jugará desde septiembre hasta el 7 de diciembre, día que sería el séptimo juego de la final del torneo.
Para combatir el coronavirus, cada jugador tendrá una pulsera electrónica (Smart Watch) que monitoreará la presión arterial, niveles de saturación de oxígeno en la sangre, temperatura corporal, ritmo cardíaco y monitoreo de sueño. El cuerpo técnico, como los árbitros y oficiales de mesa, utilizará el dispositivo. La NBA también utiliza en su “burbuja” un aparato similar.
Los equipos se transportarán a las diferentes canchas vía autobuses, y en ocasiones en aviones. Las instalaciones tendrán filtros de acceso con túneles sanitizantes, más toma de temperatura corporal a la entrada. Los camerinos, baños, mesas de anotaciones, tableros, y banca de jugadores serán desinfectados antes y después de los partidos.
Cada miembro activo en la liga tendrá un seguro médico desde el inicio hasta la culminación del torneo. El uso de mascarilla es obligatorio.
México, a su vez, estaba hasta ayer séptimo a nivel mundial en casos de contagios con 525,733, más tercero en muertes con 57,023, detrás de Brasil y Estados Unidos, según datos de la Universidad de Johns Hopkins.
“Allá están muy estrictos. No van a dejar a los jugadores que lleven sus familias. Serán dos meses y medio de acuartelamiento y baloncesto. No hay espacio para salir porque los riesgos son bastante altos”, dijo Santaella.
Por Jorge Figueroa Loza
El Nuevo Día
